




Con esta frase se puede resumir una de las más brillantes actuaciones de esta nueva corporación.
Y no porque no hubiese que hacerlo, que es algo que llevábamos demandando mucho tiempo (consultad la entrada del martes 6 de julio de 2010 http://ecosdeciudadrodrigo.blogspot.com/2010/07/la-glorieta.html en las que os muestro el estado lamentable que presentaba esta zona, reclamando la actuación inmediata del Ayuntamiento en pos de la seguridad de los más pequeños), sino por la nula idoneidad del momento en el que se está realizando.
Los parques son fundamentalmente para el verano porque después, en época escolar, que me diga la autoridad competente cuánto rato pueden los niños hacer uso de las zonas de juegos. Unas veces por las inclemencias meteorológicas propias de la estación; otras porque, debido a la dificultad actual de conciliar la vida familiar con la vida laboral, la falta de tiempo de los progenitores impide que éstos puedan llevar a los peques a las zonas de ocio. Y otras veces por el afán de algunos padres de que sus hijos practiquen actividades extra escolares, pocos son los niños que al terminar el horario escolar que no tienen clases de música, deporte, segunda lengua… con lo que es difícil que puedan hacer uso de este espacio público.
Por eso, ahora que la meteorología acompaña, ahora que hay más horas para el esparcimiento, ahora que los niños podrían disfrutar más… ¡ahora no es el momento, señor concejal, de ponerse a levantar el parque de La Glorieta! Es cierto que estaba en un estado tercermundista, que los columpios estaban oxidados y rotos, que de algunos de ellos asomaban los anclajes de hormigón con el evidente peligro para nuestros niños…
No es menos cierto que con sólo unas gotas de agua, en la zona (dando honor a una de las calles adyacentes –calle Laguna–), se formaban enormes charcos impidiendo el acceso a algunos de los juegos. Por ello, porque era necesario tomar medidas (aunque estas lleguen tarde) felicitamos al consistorio. Pero convendréis todos conmigo en que, como casi todo en este pueblo, llega a destiempo. Mal, por lo tanto, por privar a los niños de un sitio amplio y céntrico en el que correr y jugar durante las vacaciones,
No obstante, esperemos que valga la pena…




