POR QUÉ ESTE BLOG


Este blog nace como consecuencia de la observación repetitiva de las deficiencias de nuestra bella ciudad.

Caminando diariamente por sus calles y sus espacios, se palpa una Miróbriga diferente a la ciudad que nos quieren vender: nos ofrecen historia, arte, belleza… y normalmente nos encontramos con una ciudad descuidada, una urbe a la que le fallan muchos de sus escaparates. Una villa que se hunde entre el abandono y la dejadez. Un pueblo que obliga a sus jóvenes a estudiar lejos de sus murallas, a emigrar porque aquí no encuentran una mínima posibilidad de supervivencia.

Sin embargo, y aunque pueda parecerlo, no es sólo crítica lo que pretendo.

Busco, como su nombre indica y aprovechando el Bicentenario, derribar ese muro que ante sus ojos tienen muchos vecinos y nuestros gobernantes.

A través de este espacio, pretendo abrir una brecha en este conservadurismo que nos gobierna, así como remover conciencias conformistas. Invito a todos aquellos con las mismas inquietudes que yo a que denuncien desde aquí aquello que les parezca injusto, indebido, antiestético, peligroso… Intentemos frenar el deterioro de la ciudad, especialmente cuando éste ese deba a la desidia de nuestros políticos. Espero que mi voz se deje oír y os pido que las vuestras me acompañen.



miércoles, 30 de junio de 2010

LO QUE LA ROJA HA UNIDO, NO LO SEPARE…






A veces la utilización excesiva y exclusiva de la bandera de España, me ha asustado. En nuestro país no se da el patriotismo exagerado de los Estados Unidos donde, en muchas casas, preferentemente en zonas residenciales ondean las barras y estrellas.
En nuestro país y a causa de nuestra historia reciente, la mayoría de las veces se usaba para dividir: una parte de España se la apropió y la otra parte no la sentía suya.
Por eso, estos últimos días nuestros barrios se han agarrado a nuestra enseña y ahora nos las encontramos en sus distintas formas (desde la constitucional con su escudo reglamentario, hasta la del toro, que a mi me gustan más, quizás porque le restan oficialidad), colgando de balcones, ventanas y hasta de las antenas de todo tipo de vehículos. No hay niño, joven e incluso persona de edad, que no se haya comprado una camiseta, un sombrero, una mochila o cualquier otro adorno que, aprovechando la coyuntura, se vende en los bazares. Esta gente que hace algún tiempo, ni de loca se hubiese dejado ver con una bandera por la calle (gente de todos los colores y con distintas opiniones políticas), se siente unida por los componentes de la selección nacional.
No me gusta el fútbol, normalmente por la violencia que genera. Hasta ahora no sabía lo que era un “fuera de juego” o un “corner”… Ni siquiera sé si lo escribo bien. Pero este mismo deporte está consiguiendo devolver a un país la esperanza, la alegría y hasta el hermanamiento, tan necesario en estos tiempos. Y es verdad que, aunque en este pueblo no se mueve nadie ni por mejoras, ni en demanda de derechos (si acaso nos movilizamos ante los cambios en Carnaval), estos días, sin embargo, la gente ha salido y está alegre. Durante unas horas se olvida de la crisis, de los problemas y se ríe y disfruta al compás de las jugadas de la Roja. Hasta el nombre con el que coloquialmente se ha denominado a nuestra selección ha levantado ampollas en sectores ultrarradicales, queriéndole buscar un sentimiento ideológico que no tiene.
Por ello, y sin que sirva de precedente, me reitero en lo de que “lo que la Roja ha unido, no lo separen los políticos”. ¡Ánimo y a Ganar!

sábado, 26 de junio de 2010

¿A ESTO LE LLAMAN JARDINES?






Otro día de paseo y otro día de críticas. No es sólo diferencia de criterios o de gustos con el Ayuntamiento. Es algo más. Es, como otras veces he dicho, sentido común. Hay cosas que están mal y que podían estar mejor y, por ello no pienso cansarme de repetirlo: no podemos ni debemos consentir que en una ciudad como la nuestra continúen así.
A veces nos han hecho caso, respondiendo a nuestras demandas y, por ello, nos hemos alegrado. Otras no: a pesar de la insistencia, nadie ha movido un dedo para subsanar errores que, con poco dinero y algunas ganas más, se hubiesen podido arreglar (véase el caso de los cristales del Ayuntamiento). Hoy voy a centrarme en un punto de la renovada Plaza de Herrasti, a la que no pongo un pero, pues está limpia y arreglada, salvo por ese tramito del que voy a hablar. El supuesto jardín que se construyó a ambos lados de la rampa de acceso a la muralla, en la misma Brecha cuyo bicentenario ahora conmemoramos. Y es de lamentar que, siendo uno de los escenarios principales en esta celebración, tenga ese aspecto tan deplorable.
Al principio se diseñó el mencionado jardín para estar cubierto de hiedra, pero apenas hay algún pequeño tramo donde esta planta ornamental esté presente; lo demás está cubierto de malas hierbas, cardos, matojos… Como se puede apreciar en las fotos, la estampa es penosa.
¿Acaso no hay plantilla de jardineros en este Ayuntamiento? Y, si carecemos de profesionales del sector ¿por qué no se ha contratado a una empresa especialista en floristería o jardinería de las que hay en nuestra localidad y que pagan sus impuestos en nuestro consistorio, para que en esa zona se plante algún tipo de planta resistente al clima de nuestra tierra y, en particular, a esa zona especialmente fría de nuestra ciudad?
Ahí no podemos llevar a nuestros visitantes ni a las autoridades que asistan a los actos conmemorativos. Eso es un autentico albañal: estropea la zona, desluce y afea considerablemente el conjunto. Si no hay dinero para arquitectura paisajística, al menos sieguen la hierba y disimulen ese desastre porque, de verdad, da pena.

domingo, 20 de junio de 2010

PLAZA DEL BUEN ALCALDE






La Plaza de Béjar, o Plaza del Buen Alcalde (llamada así por la dedicación que el pueblo quiso hacer a aquél que fue su alcalde, don Manuel Sánchez Arjona, en el año 1929. También es conocida familiarmente como “la plazuela” o “Plaza del mercado de los martes”, pues allí viene celebrándose desde 1475 el mercado franco que los Reyes Católicos le concedieron a la ciudad. Como se puede ver, es una de los lugares más concurridos, tanto por historia y tradición, como por el hecho de que, después de nuestra Plaza Mayor, sea aquí donde se celebren multitud de eventos en todas las épocas del año: desde las casetas del Carnaval, acompañadas de los puestos de venta tradicionales de estas fiestas, hasta el escenario de conciertos, ferias, muestras, pregones o juegos para los niños, en el marco de la Feria de Teatro. Por ser un enclave principal, su imagen ha de estar especialmente cuidada. Es cierto que hace poco tiempo fue pintada, con lo que se le devolvió parte del esplendor que se merece; pero también es verdad que últimamente se está dejando descuidar. Voy a mostraros los evidentes descuidos que dañan la imagen que esta zona debería mostrar a propios y extraños.
No sé a criterio de quién se han dejado los árboles sin cuidar, porque la abundancia de ramas en sus troncos, desde la misma base, no es precisamente estética. Quizás debieran pasar los jardineros a darse una vuelta por este céntrico espacio, pues esa profusión de ramaje en los tallos afea el conjunto.
Por cierto, de los árboles tienden aún, como fantasmas, los banderines usados en alguno de los últimos eventos (banderas de fiesta que una vez pasadas éstas no hacen sino dar sensación de abandono). Me pregunto por qué de la misma forma que alguien coloca los banderines, no se descuelgan éstos nada más acabar la celebración. Podéis ver en las fotos cómo los restos de esas fiestas aún cuelgan por allí.
La acción de los vándalos que otras veces he puesto en evidencia desde este blog, también se ha dejado notar aquí: los jarrones que se colocaron en los pedestales, intercalados entre los plátanos, están casi todos destrozados, rotos o sencillamente ya no existen.
La fuente, a pesar de estar también recién pintada, no luce sus mejores encantos ya que el agua que por ella debería fluir brilla por su ausencia; prácticamente está seca. Sus caños están cerrados y la poca agua que tiene está estancada y, por ello, sucia, repleta de envases y otros desperdicios. Es una verdadera pena que los turistas vean esa suciedad que tampoco costaría tanto limpiar. En fin un repaso como os digo de lo que yo encuentro que está mal y que sinceramente pienso que con poco o ningún dinero se podría arreglar.

viernes, 11 de junio de 2010

¡A CUBIERTO: YA ESTÁN AQUÍ LAS GOLONDRINAS!






Ciudad Rodrigo está sucia, sus calles se encuentran llenas de residuos de aves. Es verdad que no todas las calles, pero, en el casco urbano, rara es la acera que no está repleta de excrementos. Es cierto que aquí disfrutamos de un aire limpio –envidia de los que viven en grandes ciudades, en las que la convivencia con la contaminación es diaria– pero este aire sano, que es nuestra seña de identidad, tiene algunas contrapartidas: hace que la colonia de aves aumente. Cada vez hay más pájaros sobrevolando nuestras cabezas.
Ya me he quejado en otras ocasiones de la masiva afluencia de palomas, definidas por algunos como “ratas con alas”, dada la cantidad de enfermedades que pueden llegar a transmitir. Por no aludir a los desperfectos que están ocasionando en buena parte de nuestro patrimonio artístico y nuestro mobiliario urbano.
Mención aparte merecen las cigüeñas que hace años estuvieron en peligro de extinción, pero que dudo mucho de que hoy lo sigan estando: raro es el árbol o campanario que no soporte uno de sus pesados nidos. Nidos que a veces resultan peligrosos para los viandantes. No hay más que pasar junto a la Iglesia de San Pedro y fijarse en cómo el suelo está lleno de trozos de ramas que caen continuamente del nido construido sobre la espadaña.
Pero hoy quería referirme a las golondrinas y en concreto a la colonia que puebla el alero de la casa del Primer Marqués de Cerralbo, más conocida por todos como Casa de Abarca. Toda la vida hemos sabido que, por la cuenta que nos tiene, no debíamos pasar por esa acera; de lo contrario no te librabas de acabar manchado por alguno de los pajarillos que allí habitan. Pero ahora mismo la situación es insostenible, las deyecciones se acumulan en el suelo a lo largo de toda la fachada de este edificio. Asimismo, la entrada a los establecimientos del bajo de esta casa es una verdadera odisea. La porquería se mantiene sin que los servicios municipales la limpien, ni tampoco los propietarios del inmueble. Es deplorable que en nuestra Plaza Mayor el suelo esté tan sucio (en las fotos podréis ver que no exagero nada). Por favor, hagan algo porque el olor y el mal aspecto no muestran nuestra mejor carta de presentación.

viernes, 4 de junio de 2010

UN RINCÓN EN LA MURALLA






Como, sin duda, ya sabréis por mis anteriores entradas, diariamente paseo por nuestra ciudad, recorriendo sus calles y parques y transitando muy a menudo por la muralla (lugar éste muy tranquilo, sin coches, y en el que se puede dejar correr a los niños sin peligro). Así que hay pocos lugares de nuestra ronda que no conozca, no observe. Y entre los que más me gustan está un rincón, a la altura de la casa del que fuera alcalde de Ciudad Rodrigo, Manuel Delgado Sánchez-Arjona. En este punto se estrecha sensiblemente el paseo, continuando así hasta la altura de la calle Sinagoga.
Es una zona encantadora que te enseña una preciosa vista del las alamedas y del río. Lo arreglaron y quedó estupendo, con sus focos integrados en la muralla, disimulados. Pues bien, de aquella dotación apenas queda alguno entero: los han arrancado –aún no entiendo por qué– y de alguno no han dejado más que los cables. Y qué decir de la pared que delimita con las viviendas: está llena de pintadas. Desde aquí me permito sugerir al “artista” que aprendiese de algunos de sus colegas de fuera que hacen verdaderas obras de arte (y siempre en espacios destinados a ello); pues aquí lo único que hay son unos horribles garabatos. Debería buscarse nuestro “pintor” para sus obras un lienzo menos artístico que nuestra muralla.
Desde este rincón es perfectamente visible el depósito de aguas, esperpento que lo mires como lo mires no deja de ser un horror, poblado de antenas de telefonía móvil (sobre las que habría que discutir su negativo impacto sobre nuestra salud y su todavía no confirmada, aunque más que sospechada, relación con el aumento de los casos de cáncer. ¿Será transmitida esa radiación al agua que todos bebemos? Es una duda que tengo… Y para la deficiente cobertura que tenemos en la ciudad, mejor sería para todos que instalasen las antenas algo más alejadas de núcleo urbano.
Bueno pues ahí os muestro las fotos de ese rincón, para mi encantador, de nuestro pueblo. ¡Así está!