POR QUÉ ESTE BLOG


Este blog nace como consecuencia de la observación repetitiva de las deficiencias de nuestra bella ciudad.

Caminando diariamente por sus calles y sus espacios, se palpa una Miróbriga diferente a la ciudad que nos quieren vender: nos ofrecen historia, arte, belleza… y normalmente nos encontramos con una ciudad descuidada, una urbe a la que le fallan muchos de sus escaparates. Una villa que se hunde entre el abandono y la dejadez. Un pueblo que obliga a sus jóvenes a estudiar lejos de sus murallas, a emigrar porque aquí no encuentran una mínima posibilidad de supervivencia.

Sin embargo, y aunque pueda parecerlo, no es sólo crítica lo que pretendo.

Busco, como su nombre indica y aprovechando el Bicentenario, derribar ese muro que ante sus ojos tienen muchos vecinos y nuestros gobernantes.

A través de este espacio, pretendo abrir una brecha en este conservadurismo que nos gobierna, así como remover conciencias conformistas. Invito a todos aquellos con las mismas inquietudes que yo a que denuncien desde aquí aquello que les parezca injusto, indebido, antiestético, peligroso… Intentemos frenar el deterioro de la ciudad, especialmente cuando éste ese deba a la desidia de nuestros políticos. Espero que mi voz se deje oír y os pido que las vuestras me acompañen.



martes, 28 de febrero de 2012

PASÓ EL CARNAVAL






Y ahora, pasados unos días, con la mente y el cuerpo ya relajados, después de las fiestas, toca hacer un análisis del Carnaval pasado. He de decir que, en conjunto, el Carnaval ha sido estupendo. Los encierros, vistosos y bien conducidos, especialmente el encierro a caballo del domingo, que hacia años que no se podía disfrutar, ya que cuatro espantadores estropeaban su desarrollo, quedándonos sin verlo en más de una ocasión. Este año, sin embargo, ha subido entero y bien llevado ¡A ver si continúa en esa línea!
Bien también por la instalación de una puerta en la avenida de Foxá (en la intersección con la calle Cardenal Tavera), con el fin de impedir que, una vez que los animales acceden a ese tramo, se den la vuelta. Creo que era necesaria y aplaudo su instalación. Bien también por los pastores que, con su buen trabajo, han conducido maravillosamente al ganado evitando esperas interminables. Bien por ir cerrado y abriendo puertas, simultáneamente, según se desarrollaba el encierro. De esta forma los espectadores han podido circular libremente por tramos del recorrido por los que ya no había astados. Cosa que hasta este año era complicada, ya que las puertas de la plaza permanecían cerradas hasta el último toque de campana que indicaba la finalización total del espectáculo. Bien por la charanga “Los Bemoles” que, a pesar de la tacañería del Consistorio, ha amenizado las calles, alegrándonos la espera de los toros. Bien, por último, a la organización de “El Campanazo”, que se supera de año en año, logrando convocar cada vez a más asistentes.
Pero no todo van a ser elogios. Mi más feroz crítica al servicio de megafonía, que sólo emitió molestos ruidos ininteligibles en los discursos de inauguración de las fiestas. Mal, muy mal, el narrador que en el desfile de carrozas fue aburrido y pesado, provocando un terrible dolor de cabeza a todos los espectadores. Es hora de ir pensado en mejorar el servicio de megafonía, pues hace que desluzca lo que en el ruedo se está desarrollando. Mal asimismo la falta de civismo de todos los que dejaban las botellas de las consumiciones en cualquier lado, a pesar de haber contenedores al lado. Mal, muy mal también, la limpieza: en algunas zonas, todavía hoy, siguen estando llenas las papeleras y los jardines y las aceras están pidiendo un buen fregado. Mal, muy mal, la organización del desfile de carrozas en el que la gente se agolpaba a la entrada impidiendo a los camiones la salida de la plaza.
A pesar de mis críticas, como dije al principio, el Carnaval ha estado espléndido (casi como la meteorología, con el sol acompañando todos los actos, aunque a ratos un aire gélido nos recordaba que aún estábamos en invierno). También los visitantes nos han acompañado en gran número, a pesar de la tan temida crisis, aliviando en parte la maltrecha economía mirobrigense. Por ello sólo nos queda empezar la cuenta atrás hasta el Carnaval 2013. ¡Ya queda menos…!

lunes, 13 de febrero de 2012

EL TIEMPO NO PASA






Empieza la cuenta atrás para ese momento mágico en nuestras vidas en el que el Reloj Suelto marca la vida en Miróbriga. Esos cuatro días especiales en los que todo gira en torno al TORO (con mayúsculas). Difícil de entender para los que desde hace algún tiempo, y envueltos en una aureola de modernidad, intentan desprestigiar una tradición tan nuestra.
Este fin de semana el ruido incesante de los martillos ha sido la banda sonora que nos ha acompañado en nuestros paseos por el ágora mirobrigense, que más que un deambular tranquilo como el que en días normales realizamos, ha sido una “gymkhana”, dada la cantidad de obstáculos a superar. Pero nos gusta. Nos encanta tener que recorrer las aceras esquivando los tablones y las primeras “burras” colocadas. Salimos entre las incipientes burladeros en vez de hacerlo holgadamente por los huecos de las puertas… En fin: necesitamos tocar madera, sentir, recordar esos tiempos de juventud cuando, al salir de clase subíamos a sentarnos en los tablaos. Cuando no había ordenador ni redes sociales, ni siquiera dinero para entrar en los bares, los tablaos eran en los días previos al carnaval sitio de reunión y divertimento. Los mirobrigenses se reúnen en los huecos que quedan en la plaza –entre los que allí están trabajando– para comentar si van los operarios con más o menos retraso que años anteriores.
Parece que el tiempo no pasa pues las conversaciones son iguales a las mantenidas años atrás (como es igual la imagen de ir dando forma a ese singular coso taurino). Si miramos las fotos en blanco y negro de nuestras casas, apenas ha cambiado algo en este tiempo: los mismos andamiajes, los mismos tablaos e incluso las mismas caras construyéndolos, dándoles forma. Eso sí: algo más envejecidos todos, con las canas pintándoles los cabellos, pues aún no he visto a nadie con casco para construir su tablao.
Los turistas que estos días visitan la ciudad no pueden menos que sorprenderse al ver la singular construcción y ante los comentarios de la guía que les refiere cómo en esas tablas (según ellos tan inseguras) brincan y bailan un montón de almas al compás de las charangas (cosa difícil, al parecer, este año, dado que el Ayuntamiento, con la excusa de la crisis, ha pecado de tacaño). Aunque yo misma no dejo de sorprenderme cómo pueden resistir ese ritmo nuestros queridos tablaos.
Con estas imágenes que, para la ocasión “coloreo” en blanco y negro, me despido deseándoos a propios y extraños un Feliz Carnaval… Que después ya tenemos la Cuaresma para criticar.

lunes, 6 de febrero de 2012

MIRADAS ENTRE ALARES






Apenas pasa la Navidad en Miróbriga, la vida se ve de otra manera; y qué decir cuando los primeros alares empiezan a dibujar ese marco incomparable de nuestros encierros. Entonces la vida y la rutina empiezan a verse desde alares. Ellos encuadran los fotogramas de nuestra existencia, aunque parezca extraño a ojos de cualquiera, así es.
Por eso hoy he querido enfocar mi cámara hacia esas miradas, hacia esas sensaciones que solo los farinatos podemos comprender.
Todo gira alrededor de esos cuatro días mágicos que cada año esperamos, y que nada más finalizar el miércoles de ceniza, vuelve a empezar la cuenta atrás.
Madres agitadas pensando en las compras, en preparar las viandas para los hijos que desde los distintos puntos de España e incluso del extranjero –donde la tierra que tanto aman los exilió– regresan sintiendo desde lejos la llamada del Reloj Suelto.
Estudiantes nerviosos, distraídos para disgusto de sus profesores, que ven que no es posible hacerles relajarse de esa inquietud que los domina y les impide concentrarse en sus estudios.
Niños pequeños que, aunque no entienden aún el significado de la fiesta, perciben la ilusión y, contagiándose de ella, suman a sus habituales juegos el subirse a los alares. Es frecuente ver cómo cambian balones por trapos o prendas con los que emular a los toreros y maletillas, o que corren por los patios como precoces recortadores.
Todo gira en torno al Carnaval. Todos los pensamientos están ocupados en la preparación o en las compras de los disfraces, cada vez más presentes, de niños y grandes.
Conseguir un local para la “peña”, refugio y sueño de adolescentes –aunque desvelo de sus padres, ya que a menudo éstas, por desgracia, son el amparo de sus coqueteos con el alcohol.
Locura transitoria, en fin, en todos los oriundos (de nacimiento o de afecto) de esta tierra y que ahora necesitamos más que nunca para olvidar esa realidad tan distinta que nos rodea. Nada que no sea el Carnaval, y los comentarios en torno al él, sus preparativos, sus situaciones, sus actos, su previsible mal o buen tiempo (tema muy recurrente en todas conversaciones), hace que nos movamos en estos días.
Y con esta mirada entre alares me despido esta semana. Buenos preparativos para todos.