Hacía mucho que no llovía en Miróbriga. Podríamos decir, que desde la primavera, apenas había llovido en estas tierras. Las precipitaciones caídas ayer no son suficientes para dejar limpias nuestras calles; de ahí que la actuación de la empresa de limpieza en la ciudad se hace muy necesaria, Pero nadie parece darse cuenta: el Alcalde porque apenas pisa nuestras calles (ocupado como está con su nuevo cargo); los concejales porque deben utilizar el coche o porque sólo acuden a los actos de relevancia donde todo está preparado para dar buena imagen.
Pero los sufridos ciudadanos que caminamos diariamente por el pueblo y los visitantes que ahora, en verano, llenan nuestros espacios sufren esta falta de limpieza en las rúas.
Muchas veces me he referido ya a la abundancia de aves y pajarillos que con sus excrementos llenas las aceras y calles. Día tras día el olor del asfalto y de las piedras se acrecienta debido a estos excrementos. Por otra parte el flaco favor que algunos incívicos “señores” hacen a todo aquel que sube o baja por la Puerta del Sol y tiene que aguantar el insoportable olor a orín, acentuado por el calor.
Una simple manguera y un buen cepillo serían suficientes en algunas zonas para eliminar la mugre, las manchas que desbordan los alrededores de los contenedores (Invito a darse una vuelta por la Plaza del Conde o la Puerta de Santiago, entre otras zonas).
Si no tenemos problemas de agua, entonces ¿por qué no lavar algunas calles y aceras por las que nos vemos obligados a transitar? Una vez más cuestiono si el eslogan elegido por el consistorio no es una burla a la ciudadanía: Ciudad Rodrigo no es, hoy por hoy, una ciudad limpia. Y no me digan que pasar por la Rúa del Sol es un bonito escaparate, pues en su acera derecha desde la Plaza Mayor, la suciedad el abandono y los malos olores son lo único que ofrecemos al visitante.
Para muestra adjunto una serie de fotos de los exteriores de casco amurallado allí donde la suciedad está cada día más presente, a ver si alguien toma nota.