




A veces la utilización excesiva y exclusiva de la bandera de España, me ha asustado. En nuestro país no se da el patriotismo exagerado de los Estados Unidos donde, en muchas casas, preferentemente en zonas residenciales ondean las barras y estrellas.
En nuestro país y a causa de nuestra historia reciente, la mayoría de las veces se usaba para dividir: una parte de España se la apropió y la otra parte no la sentía suya.
Por eso, estos últimos días nuestros barrios se han agarrado a nuestra enseña y ahora nos las encontramos en sus distintas formas (desde la constitucional con su escudo reglamentario, hasta la del toro, que a mi me gustan más, quizás porque le restan oficialidad), colgando de balcones, ventanas y hasta de las antenas de todo tipo de vehículos. No hay niño, joven e incluso persona de edad, que no se haya comprado una camiseta, un sombrero, una mochila o cualquier otro adorno que, aprovechando la coyuntura, se vende en los bazares. Esta gente que hace algún tiempo, ni de loca se hubiese dejado ver con una bandera por la calle (gente de todos los colores y con distintas opiniones políticas), se siente unida por los componentes de la selección nacional.
No me gusta el fútbol, normalmente por la violencia que genera. Hasta ahora no sabía lo que era un “fuera de juego” o un “corner”… Ni siquiera sé si lo escribo bien. Pero este mismo deporte está consiguiendo devolver a un país la esperanza, la alegría y hasta el hermanamiento, tan necesario en estos tiempos. Y es verdad que, aunque en este pueblo no se mueve nadie ni por mejoras, ni en demanda de derechos (si acaso nos movilizamos ante los cambios en Carnaval), estos días, sin embargo, la gente ha salido y está alegre. Durante unas horas se olvida de la crisis, de los problemas y se ríe y disfruta al compás de las jugadas de la Roja. Hasta el nombre con el que coloquialmente se ha denominado a nuestra selección ha levantado ampollas en sectores ultrarradicales, queriéndole buscar un sentimiento ideológico que no tiene.
Por ello, y sin que sirva de precedente, me reitero en lo de que “lo que la Roja ha unido, no lo separen los políticos”. ¡Ánimo y a Ganar!



















