




Estas últimas dos semanas nos hemos encontrado una Miróbriga especialmente activa: decenas de obras han comenzado por todas partes. Por un lado hemos visto cómo se excavado grandes huecos en el pavimento en varias calles y plazas del casco amurallado. Sin duda, se comentaba, para soterrar los contenedores que tanto afean la urbe. En el Campo del Trigo, en la calle Madrid, en el campo de San Vicente, ante el Banco de Santander… Sin duda es una medida necesaria y por ello hay que felicitar al Consistorio. Pero no quiero dejar pasar este post sin recomendarle que, tras la instalación de éstos, se esmeren más que hasta ahora, pues las tareas de limpieza y medidas de higiene con los que ya están instalados, brillan por su ausencia (tema éste ya tratado en anteriores entradas). Se debería exigir a la empresa concesionaria del servicio que extremen la limpieza porque el olor a veces es insoportable; y el molesto olor no deja de ser una mácula en ésta, sin duda, acertada elección de disimular los contenedores de residuos sólidos urbanos.
También nos ha sorprendido el Ayuntamiento con la realización, por fin, de obras encaminadas a la eliminación de barreras arquitectónicas en algunas zonas de la ciudad, consiguiendo (no en todos los tramos necesarios, pero sí, al menos, en algunos) facilitar el acceso a las personas con discapacidad. La verdad es que, por las fotos, veréis que les ha faltado el remate final: el aspecto no está muy logrado, pero al menos se van haciendo cosas positivas.
Otra de la obras ha sido el “parcheado” de los baches que había en la Rúa del Sol, bóveda incluida, hasta salir de la muralla. Han ido rellenando con cemento los innumerables socavones que dificultaban el caminar de los muchos peatones que tienen esta zona como subida habitual al centro de la ciudad. Cierto es que podían haberse esmerado algo más y no limitarse a disimular ligeramente los huecos. Pero, dado lo poco que este Consistorio se prodiga en facilitarnos la vida a los peatones, esto es, sin duda, de agradecer. Por eso, esta semana va una palmadita en la espalda a nuestros ediles.









