




Paseando estos últimos días, me he llevado la sorpresa de ver cómo los jardineros habían sacado a pasear la tijera, con mucha diligencia diría yo… Pues no hay más que ver las fotos que adjunto referidas a hace apenas unos meses para ver la tremenda poda que han realizado en los fosos, cosa habitual en esta plantilla que ya, a finales del pasado año, se ensañó con algunos árboles de la ciudad quedándolos secos para siempre debido a su celo podador.
No entiendo demasiado de jardinería pero me atrevería a asegurar que la limpieza del seto del Paseo Fernando Arrabal ha sido excesiva e innecesaria. Ya estaba bastante mal ese paseo, tanto por el firme (en clara “desgranación”, ya que los ladrillos están prácticamente desechos), como por el mal estado del mobiliario (véase la catapulta con las maderas completamente rotas), para que ahora se hayan “cargado” lo único que tenia un poco sano y que hacía de barrera, protegiendo de la caída al foso.
Tienen a pocos metros los jardineros algunos pinos (en el glacis que sube hacia El Registro) que están tronchados, incluso con evidente aspecto enfermizo. Con esos no se atreven a usar la tijera ni el hacha, pero luego, con árboles sanos, se vengan. Tampoco meten mano a cañas y hierbajos que crecen sin control junto al postigo o pequeño paso que comunica los dos fosos, a izquierda y derecha de la bajada de la Puerta del Sol.
¿Acaso esta desmesurada poda obedece a la intención de acoger a puestos de venta (como ya ocurriera el pasado carnaval) que el afán recaudatorio del Ayuntamiento permitió instalar, deteriorando aún más este ya maltrecho paseo?
Ahora ya no se puede hacer nada, salvo esperar a que los retazos que no han mutilado florezcan y vuelvan a poblar esa zona. Hasta entonces tendremos que contemplar esta, sin duda, triste imagen.








