POR QUÉ ESTE BLOG


Este blog nace como consecuencia de la observación repetitiva de las deficiencias de nuestra bella ciudad.

Caminando diariamente por sus calles y sus espacios, se palpa una Miróbriga diferente a la ciudad que nos quieren vender: nos ofrecen historia, arte, belleza… y normalmente nos encontramos con una ciudad descuidada, una urbe a la que le fallan muchos de sus escaparates. Una villa que se hunde entre el abandono y la dejadez. Un pueblo que obliga a sus jóvenes a estudiar lejos de sus murallas, a emigrar porque aquí no encuentran una mínima posibilidad de supervivencia.

Sin embargo, y aunque pueda parecerlo, no es sólo crítica lo que pretendo.

Busco, como su nombre indica y aprovechando el Bicentenario, derribar ese muro que ante sus ojos tienen muchos vecinos y nuestros gobernantes.

A través de este espacio, pretendo abrir una brecha en este conservadurismo que nos gobierna, así como remover conciencias conformistas. Invito a todos aquellos con las mismas inquietudes que yo a que denuncien desde aquí aquello que les parezca injusto, indebido, antiestético, peligroso… Intentemos frenar el deterioro de la ciudad, especialmente cuando éste ese deba a la desidia de nuestros políticos. Espero que mi voz se deje oír y os pido que las vuestras me acompañen.



lunes, 22 de octubre de 2012

BAJO MÍNIMOS





Estos días, antes de que los cielos se pintasen de gris en la bella Miróbriga (como nos hemos levantado hoy), el tiempo había decidido regalarnos un mes más de verano. Han sido días luminosos y cálidos que invitaban a todos a pasear y disfrutar de esos últimos rayos de sol antes de que el mal tiempo llegara para quedarse.


Y en boca de todos estaba el “¿habéis visto cómo está el pantano y el Risco?” En un pueblo como el nuestro, en el que apenas hay noticias, el estado casi vacío de la presa era, y sigue siendo, noticia y la gente se acercaba hasta allí con sus cámaras y prismáticos a ver cómo cantidad de peces intentaban respirar en este pequeño curso de agua en que se había convertido el embalse. Y con los paseantes y ojeadores, docenas de pescadores. Nunca había visto tantos en tan poco espacio: en las laderas hoy resecas, esperaban, pertrechados con sus cañas, a que los peces (como digo, buscando el oxigeno) cayeran en el engaño. En la superficie se podían ver ya algunos muertos de gran tamaño.

El vaso de la presa apenas llevaba unos metros de caudal, pero remontando el río unos cuantos cientos de metros, se percibía que el agua embalsada disminuía considerablemente, convirtiéndose en apenas un regatillo. Y así hasta llegar al Risco de Martiago donde el agua que pasaba había mermado hasta dimensiones irrisorias.

Allí, el antiguo puente permanecía descubierto al completo y el cauce presentaba más lodo que agua. Aquí algún que otro curioso, pero ningún pescador, ante la ausencia casi total de agua.

Parece que se empezó vaciando la presa del Águeda para sanear el canal durante el mes de septiembre y que se dejó de desembalsar agua de Irueña esperando garantizarse el caudal con las primera lluvias; precipitaciones que ya han comenzado y que aún se anuncian más para los próximos días.

En las próximas semanas Irueña irá desembalsando para devolverle la normalidad a la presa del Águeda y para posibilitar la demolición del “viejo” puente que, ya en desuso, nos llevaba hasta Robleda por El Bodón. Esperemos pues a que las precipitaciones que nos anuncian sean generosas con nuestra comarca y que nuestro río Águeda y su homónimo pantano recobren el aspecto habitual.



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