DE CORTES Y RECORTES

Hace ya algunos días que estoy pensando en hacer un Impasse, en estos meses de vacaciones, para mostraros una vez más lo que considero que es una dejadez de nuestra corporación. Habréis notado que la crítica que antaño me caracterizaba ha aflojado, y no porque haya apreciado sutiles cambios en el trabajo de nuestros políticos o porque Miróbriga luciese mejor que nunca. Sino más bien porque, como la situación actual económica es tan precaria, mis quejas me parecían banales. Cómo iba a relataros desde estas páginas que algún parque estuviera sucio, que las banderas siguieran colgando cual trapos hechos jirones, que algún bache provocara tropezones, cuando la prima de riesgo se disparaba y estábamos pendientes de la intervención.


En estos días en que lo que más nos inquieta es la pérdida de nuestro puesto de trabajo, en que vemos cómo cada vez son más los amigos y familiares que engrosan las listas del paro, días turbulentos en que los derechos conseguidos en años pasados, a fuerza de luchas y sacrificios, van menguando considerablemente en pos de un imposible déficit cero, en que los recortes son diarios y salvajes en algunos de los servicios públicos a los que nos habíamos acostumbrado… En esos días no creí oportuno molestar a nuestros ediles con mis reiteradas peticiones. Sin embargo, como el asunto del que hoy vamos a hablar no va a suponer una merma de ingresos ni un esfuerzo añadido, me dispongo desde aquí a solicitar que se tomen medidas, esta vez “de corte”, por parte de estos políticos que nos gobiernan tan aficionados ellos “al recorte”.

Pues eso es lo que necesita el monumento al maletilla que adorna la rotonda más céntrica y concurrida de la ciudad, esa que preside nuestro simbólico Árbol Gordo, monumento que en su día fue colocado por el Bolsín Taurino para homenajear a esos aspirantes a figuras del toreo que hicieron de nuestra ciudad su quimera a partir de los 60.

La figura, como podéis ver en las imágenes, necesita urgentemente un corte de la hiedra que lo envuelve hasta casi hacerlo desaparecer. Apenas sobresalen la cabeza y los hombros de lo tupida que está. Yo pido desde aquí un adecuado corte. Aunque, conociendo a nuestros gobernantes, con la excusa de los recortes, seguro que esperarán a que sea el otoño, con su caída de hojas, quien “desnude” al maletilla.

Felices vacaciones a todos.