¡INSUFICIENTE SERVICIO!

En estos días que ha empezado a llover me he fijado en la falta de acomodos del transporte en bus al nuevo centro de Salud. El ayuntamiento debe considerar suficiente que este servicio exista: pero no sólo tiene que haber un vehículo que desplace a los pacientes al Centro de Especialidades. A esta prestación hay que dotarla de una serie de infraestructuras mínimas.
¿Cómo es posible que nadie haya pensado en colocar unas simples marquesinas en los principales puntos de recogida? ¿o están en proyecto? ¿o simplemente es que a nadie le importa que las personas de edad avanzada (que son los principales usuarios del servicio) se estén mojando y pasando frío en invierno o calor en verano, sin tener al menos un banco en el que sentarse mientras esperan? (bancos en la parada del propio Centro, todo hay que decirlo, sí hay)
Por otro lado, tanto de las salidas como de las llegadas del autobús tiene que informarse el usuario por terceros, ya que ni siquiera hay un panel informativo de horarios, aunque estos fuesen aproximados. Información que muchos usuarios reclaman.
¿A esto lo llaman facilitar el acceso al Centro? Se escuchan quejas de no pocos ciudadanos que, por su edad no pueden aguantar demasiado tiempo de pie, preguntándose: “¿Son tan caras estas marquesinas, para que sólo haya en algunas paradas (en el cruce de la carretera de Ivanrey, en el Puente)?”, “¿por qué en este pueblo somos ciudadanos de tercera?”, “¿acaso no pagamos nuestros impuestos?.
Será que nuestros gobernantes tienen coche y no se ven en la obligación de hacer uso del transporte público… Debe ser por eso por lo que no perciben estas deficiencias.
Nuevamente me veo obligada a informarles de que la Junta de Castilla y León concede subvenciones para la instalación de dichas marquesinas, y que éstas además se amortizan con la publicidad que suelen exhibir. Espero que se informen, que tomen nota de dónde gestionarlo y se finalmente se tengan en cuenta estas demandas, hasta ahora silenciosas, de las personas que hacen uso de este servicio.

¡VÁNDALOS URBANOS!

Comentaba ayer con unos amigos el tremendo estropicio que algunos jóvenes desalmados causaron ya hace algún tiempo en una de las zonas turísticas más importantes de Ciudad Rodrigo. Y aunque el lapso transcurrido ya va para largo aún no se ha reparado y hoy mismo nos lo encontramos sucio y quebrado.
Pintadas, a las que ellos llamarían graffiti y que lo tienen por un arte, pero que curiosamente nunca realizan sobre las paredes de su casa, no son más que una mácula sobre las piedras. Estas piedras conforman el muro de las escaleras que dan acceso a la muralla, en la zona de la desaparecida Puerta del Rey, en la Brecha que da nombre a este blog.
Este muro, además de las antiestéticas pintadas, tiene levantadas las losetas que lo cubren en parte superior.
Nadie tiene la culpa de que estos desalmados estropeen la ciudad. ¿O tal vez la tenemos todos? Pero lo que si tenemos es la responsabilidad de exigir que las autoridades lo arreglen. Estos Vándalos canalizan su furia juvenil y sus frustraciones rompiendo, manchando y destrozando lo que encuentran a su paso. Estos jóvenes “artistas” actúan amparados en la oscuridad, sabedores de la escasa vigilancia que existe en nuestro pueblo; y conocedores también de que, si llegan a dar con ellos, sus "gracias" apenas tendrán castigo. Pero esto debería cambiar: se les debería buscar. Y una vez que se haya dado con ellos (es una ciudad pequeña y nos conocemos todos), obligarles a limpiar lo estropeado. Nada de multas que son gravosas a sus familias, y que no conducen a nada. Consigamos que, con sentencias ejemplarizantes, estos vándalos, igual que de noche lo ensucian, de día y ante la vista de todos, lo arreglen.

Y LOS PEATONES… ¿POR DÓNDE?

Hay días, sobre todo mañanas, que intentar acceder andando a la Plaza Mayor desde la Puerta de Sol, por la Rúa del mismo nombre, es un autentico problema.
Ya sabemos que en nuestra vieja urbe lo de ir caminando es algo raro, aquí se coge el coche hasta para desplazarse apenas 50 metros; y hoy en día los coches aumentan en proporción aritmética y los aparcamientos disminuyen en proporción geométrica. Tanto es así que, cuando dicen que en España ya no se venden coches, yo digo “¿es que queda alguien que no lo haya comprado ya?” con lo cuál el problema crece y crece y no tiene visos de parar. Ardua tarea la de llegar a la Plaza por la acumulación de coches ante la puerta del Banco de Santander.
El que estén en doble fila es lo habitual, pero hay días en que llegamos a encontrar una tercera fila de automóviles allí estacionados. Algunos con las luces puestas dándonos a entender que es sólo un momento auque este momento al final se acaba alargando. Al estacionamiento abusivo hay que unir además los coches que intentan salir del recinto amurallado procedentes de la Plaza, así como los que salen por la calle del Teatro Nuevo. Todos ellos confluyen en este punto negro.
Los sufridos transeúntes, aquellos que disfrutamos de la ciudad andando, no tenemos por dónde pasar y, si a nosotros nos provoca dificultad, imaginaos a las sufridas mamas que llevan el cochecito con sus niños o las personas con discapacidad física que se ven obligados a ir en silla de ruedas. O te metes en la tienda de Millar o te Resguardas en el acceso a cocheras que tiene ese mismo edifico unos metros mas allá. No hay otra opción. Así que, señores conductores, piensen que en algún momento ustedes también serán viandantes y, sobre todo, señor Delegado Municipal de Tráfico, disponga usted que algún Policía Local vaya a poner orden allí de vez en cuando

¡SE HACE CAMINO AL ANDAR!

Hoy quiero que recorráis conmigo un mal llamado “paseo”. Comprende el tramo situado desde el Cuerpo de Guardia de la Puerta de Santiago hasta la Puerta del Sol, justo en frente del Paseo Fernando Arrabal. Es un estupendo sitio para caminar, si se pudiera… porque a fecha de hoy es de todo punto imposible pasar por allí.
El pavimento de este cinturón turístico roza el esperpento de lo deteriorado que está: huecos, baches, ladrillos desprendidos, provocando que lo que debiera ser un disfrute se convierta en una verdadero martirio, arriesgándote a sufrir tropezones, tumbos, bamboleos… tratando de evitarlos; No es una exageración. Tanto es así que las personas que por allí suelen transitar han creado con su reiterado ir y venir un paseo paralelo (fuera de los ladrillos, por la hierba) un caminito, por el que circular sin que te vaya la vida en ello.
Para no faltar a la verdad, esa zona se estropeó al poco de arreglada, no sé si fue por las temperaturas extremas o por la deficiente calidad de los materiales empleados, pero lo cierto es que, al poco de inaugurarse, los ladrillos dieron en aparecer reventados, y con el paso del tiempo el problema se ha ido agravando, de tal manera que hoy en día es imposible tratar de pisar por allí Cada vez me doy más cuenta de que, tanto nuestros gobernantes como nuestra oposición, apenas sí pasean (o al menos no lo hacen por aquí), porque si lo hiciesen ya hubiesen puesto remedio. Comprendo que para mantener un entorno como el nuestro se necesita mucho dinero, pero constantemente se hace referencia en los medios de comunicación a partidas de dinero que no se solicitan, que nadie las pide… Espero que alguien les informe de los trámites a seguir (muchos empleados municipales hay) para que ese dinero llegue a Ciudad Rodrigo, para que estas deficiencias se solucionen y podamos hacer algo tan sencillo y gratificante como es caminar.

¡Al LADITO DE LA CATEDRAL! (y II)

Estos días cálidos que el otoño nos regala, he aprovechado para pasear, para disfrutar de la calidad de vida que nos ofrece nuestro entorno y, al hacerlo, descubro que, al igual que hay muchas cosas hermosas, cuidadas y bien hechas en Miróbriga, también todavía hoy se encuentran lugares en muy malas condiciones.
Encuentro lagunas, deficiencias; por eso seguiré elevando la voz para mostrarlas por si alguien las desconoce. Así que retomemos el paseo donde lo dejé el último día.
Los edificios colindantes a la muralla –a escasos 100 metros de la Catedral– y cuyas fotos os mostré, tienen otra cara, que fue en su día fachada principal y que asoma a una estrecha calle que “De la Estacadilla” se llama. Conduce esta calle desde la Plaza de Herraste hasta la misma Casa de los Niños de la Doctrina; y es allí, casi escondida de miradas, donde se encuentra todo el esquinón medio desprendido, con una enorme grieta que lo recorre de arriba abajo; grieta que separa pesadas piedras de sillería, con el consecuente peligro de desprendimientos.¿Habrá que esperar a que ese trozo de fachada se desplome sobre alguna de las personas que por allí han de pasar para acceder a sus domicilios (todas ellas con una media de edad alta) o que se precipite encima de alguno de los coches que por allí pasan para que se haga algo? Porque aquí funcionamos así: cuando ocurra un accidente (esperemos que no sea irreparable), entonces se tomarán medidas. Pero de momento cerramos nuestros ojos y dejamos discurrir nuestra tranquila existencia

¡Al LADITO DE LA CATEDRAL! (I)

Este pasado puente de El Pilar hemos conseguido llenar hasta la bandera Ciudad Rodrigo. Cientos de turistas paseando por nuestros rincones y dejando sus dineros en el pueblo, que es lo mejor que nos puede pasar en tiempos de crisis. Visitantes que en gran parte escogieron pasear por la muralla. Era encantador ver a tanta gente paseando y deleitándose con las maravillas que la villa ofrece.
Especialmente transitado estaba el tramo comprendido entre la Catedral y el Castillo Enrique II de Trastámara hoy Parador de Turismo. Y todos ellos se llevaron, sin duda, una mala impresión, porque en este trayecto se encuentran unos 60 metros “justo al ladito de la Catedral” en ruinas…
Y llevan ya muchos años así, Yo pensé que obligarían a sus propietarios a demolerlo allá por las Edades del Hombre, pero se limitaron a levantar un horrendo muro de bloques de adobes grises. Tremendo, espantoso; y así ha permanecido durmiendo en el olvido.
Ahora el patético muro está lleno de pintadas y roto por algunos lados debido a que algunas personas saltan y utilizan los ya derruidos locales para usos insanos.
¿Es que a nadie se le cae la cara de vergüenza al pasar y ver ese vertedero, amén del peligro de derrumbe con que amenaza? ¿Esa es la imagen que queremos que se lleven los visitantes? Porque verlo, no hay duda de que lo han visto ¿Porque no se declara un expediente de ruina y se obliga a demolerlo? Sin duda alguna, en solar estaría mejor ¿Es que sólo a mí me molesta? Por favor, basta que esté a punto de celebrarse el Bicentenario ¿no podría remediarse esta afrenta visual? [continuará]

¡ 5 HECTÓMETROS CÚBICOS y BAJANDO...!

El comentario de hoy no es de crítica ni de denuncia, es sólo un lamento, un clamor para que nos fijemos cómo está nuestro río.
No llueve; o al menos este último año las precipitaciones han sido escasas en nuestra comarca, lo que nos ha llevado a un punto que, según la Confederación Hidrográfica del Duero, estamos en situación de prealerta, pues a las escasas precipitaciones hay que unirle las altísimas temperaturas sufridas este verano; y a eso sumarle que el pantano de Irueña sigue sin entrar en servicio, debido a que aún no han finalizado las tareas de deforestación ni las carreteras adyacentes.
Llamo vuestra atención sobre las fotos que adjunto a las que separa algún tiempo: una en la que el río discurría caudaloso; y las otras en las que se puede ver su estado actual. A su paso por el Risco de Martiago el río aparece cortado; sólo pequeños charcos destacan en el cauce seco. Deprime y nos hace plantearnos que de una vez por todas habría que empezar a ser inteligentes con el agua y con su uso. A fecha de hoy, a nuestro pantano no le quedan más que 5 Hm3 (de una capacidad total de 22,04 Hm3) y bajando… Quisiera que este pequeño pensamiento sirviese para que a la hora de asearnos cambiásemos el baño por la ducha, que cerrásemos los grifos a la hora de fregar, pues son miles y miles los litros que desperdiciamos desagüe abajo. Ojalá mi pequeña reflexión ayude a la hora de concienciarnos, porque sé que hacer que llueva… no lo voy a conseguir.

¡ABANDONO, SUCIEDAD, DESIDIA!

No hay otra manera de denominar la situación en el entorno del antiguo Centro de Salud. Yo no sé a quién puede competir el arreglo o mantenimiento de esa zona, sólo sé que cada día el desperfecto aumenta, y con él los hierbajos, la basura, creando nuevamente una imagen nada deseable.
Es verdad: la culpa es un poco de todos, que somos tan poco cívicos que arrojamos en cualquier lugar envases, bolsas, papeles... También, probablemente, parte del deterioro se debe a que está junto al I. E. S. Tierra de Ciudad Rodrigo y que algunos chicos juegan a lanzar sus meriendas desde el patio. Y a esto hay que sumarle que los sábados se celebra al lado el mercadillo y es habitual, que el aire lleve las bolsas y embalajes a esta zona...
Hasta aquí todo normal y previsible. Lo que no debía ser tolerable es la acumulación continua de basura y suciedad. Eso sólo ocurre por no existir un servicio de limpieza diaria.
Comprendo que, al ser un recinto cerrado, no sea competencia del Servicio Municipal de Limpieza. Seguramente sea la Junta de Castilla y León la institución competente, al pertenecer al SACyL el edificio (aunque desconozco si el edificio sigue siendo aún propiedad de la Junta, en cuyo caso sería ésta quien debiera hacerse cargo del mantenimiento).
Pero en el fondo da igual a quien pueda corresponder. Es algo que hay que solucionar y eso sin duda le incumbe a nuestros gobernantes. Son ellos quienes deben preocuparse de la resolución de este problema. Así que, Sr. Concejal Responsable del Aseo Urbano: le conmino a darse una vueltecilla por el antiguo Centro de Salud y a tomar medidas.

! TACONES LEJANOS!

Permitidme que use el tÍtulo de esta mítica película de Almodóvar para llamar la atención una vez más sobre la realidad de mi pueblo.
¿Y por qué este titulo? Pues no es más que el reto que lanzo a nuestras autoridades femeninas a que paseen con ellos por nuestra ciudad.
Y si lo consiguen serían declaradas atletas de primer grado, pues no hay tarea más complicada, dura y dificultosa que intentar andar por algunas de nuestras calles.
Aparte de los muchos baches a los cuales otro día me referiré, está la colocación del adoquinado: no sé si de manera voluntaria, pero en algunos tramos el canto rodado está colocado, como su nombre indica, "de canto". Y sólo se podría intentar atravesarlo con unas buenas botas de montaña con la suela reforzada, tal es daño que producen en los pies de las sufridas mirobrigenses o de las turistas, las cuales más de una, como el Papa, no abandona la ciudad sin besar su suelo.
¿Tan difícil es colocar los cantos de manera que queden horizontales? ¿O tan costoso seria añadir una capita de cemento que evitase semejante irregularidad?
¿Sólo a mí me duelen los pies, se me parten los zapatos, se me producen esguinces y torceduras?
Señoras concejalas, si que ellos no lo notan (pues sus zapatos suelen llevar suelas más gruesas), a ustedes les pregunto: ¿pueden ponerse tacones? Me temo que no. Que, como el titulo de la película , para caminar por nuestras calle están... LEJANOS.

¡IMPACTO VISUAL!

Esta mañana me preguntaba a quién debía corresponder la solución de un interrogante que llevo años planteándome. Y consultando en Internet y en fuentes jurídicas me he enterado de que atañería a la Ordenanza Urbanística municipal.

A escasos metros del ágora mirobrigense se encuentra un edifico que durante años viene mostrando su lado más espantoso (hablando naturalmente de estética): una fachada, revocada con aislante de un repulsiva tono entre mostaza y oxidado. Un mamotreto que se encuentran todos los visitantes, tanto si se dirigen a la muralla por la zona del Parador, como si vienen del Hospital de la Pasión (antigua Sinagoga.), y que es paso obligado para visitar el Palacio del Príncipe.

Hace auténtico daño a la vista y perjudica a todo el conjunto arquitectónico que lo rodea dado la zona en la que está situado.

Por ello me preguntaba yo “¿quién será el responsable de que esa pared esté así?Los propietarios me dirán que ellos necesitan el aislante para que no se le moje la casa; pero el Ayuntamiento (que ahora ya sé que es el último responsable o al menos el que puede imponer su criterio) debería conminarles a que tapasen semejante desatino, bien con un pared que lo cubra o con algún tipo de revestimiento. Son ya demasiados los años que debemos soportar esa imagen que deteriora una vez más las bellezas de nuestra ciudad.