¡QUÉ CALLE!

Hoy vamos a pasarnos por la calle Enrique Zarandieta. Para mí, una de las que se encuentran en peor estado dentro del casco amurallado.
Y vamos a entrar desde la confluencia de la calle Muralla con la Puerta el Sol. Nada más pisar su abandonado pavimento, nos recibe un “hermoso” socavón, coincidente con la cochera de la Residencia de San José. La vía presenta un aspecto dejado, descuidado, roto, fruto sin duda de las muchas obras que se han ido produciendo en los últimos años.
Acciones que, auque necesarias, han llenado la ciudad de cicatrices. Porque yo me pregunto: si alguna empresa de suministro cualquiera, bien sea del gas, de la luz, del agua, o de televisión por cable, efectúa obras ¿no debería nuestro Ayuntamiento exigir a la conclusión de las mismas que la calle objeto de dichas obras quedase igual que antes de efectuarlas? Estamos cansados de ver calles llenas de parches, debido a las diferentes acometidas, remiendos en un pavimento de por si ya deteriorado…

Seguimos la calle y del dibujo original –rombos de cantos de río– apenas sí quedan trozos. Y, los que quedan. con muchísimas irregularidades. Y así hasta la finalización de la calle.
Me he tomado la licencia de continuar el periplo hasta pasada la puerta de los Juzgados porque allí nuevamente nos sorprende lo irregular y catastrófico del pavimento. Por eso creo que hoy bien merece una crítica esta zona del centro que, como se puede observar en las imágenes adjuntas, nos muestra su peor cara.