




No ha tantos años, cuando el centro estaba situado en la avenida Agustín de Foxá, normalmente la gente pedía cita a las ocho de la mañana y lo habitual era que se le diese para el transcurso de esa misma mañana. Si la llamada se efectuaba un poco más tarde, transcurrida ya la mañana, se te asignaba la cita, como muy tarde, para el día siguiente.
Hoy en día con un centro mejor y más grande, aunque con aproximadamente el mismo número de médicos de familia, y además con un descenso notable de la población (fijado, según los últimos datos, en el 16%) la situación se ha complicado. ¡Qué gran paradoja!
No quiero generalizar, porque sé que hay médicos con los que esto no sucede, pero con el mío (cuyo nombre omito para evitar personalizar algo de lo que él no es responsable) la demora a fecha de hoy, al pedir cita, es aproximadamente de 7 días. Sí. Habéis leído bien. Y os invito a realizar la prueba, pidiendo cita por Internet (procedimiento éste mucho más cómodo que por teléfono) y podréis comprobar que lo que denuncio no es una exageración.
Una semana para poder asistir a la consulta, que normalmente no la hacemos para entretener el tiempo, sino porque una se encuentra mal. Allí, sólo unos pocos desocupados van a pasar la mañana…
¡Y luego se quejan de que el público acude al servicio de Urgencias! ¡Así las cosas, no nos queda más remedio!
Si algunos médicos tienen demasiados pacientes o la consulta está envejecida (sabemos que son las personas mayores las que, dada su situación, suelen acudir con más frecuencia) que desdoblen las consultas, que repartan los pacientes entre otros médicos que, a todas luces, no están tan repletos de pacientes; pero la situación actual no debemos consentirla. Por ello, no quiero dejar pasar un día más sin poneros al corriente de lo que está sucediendo y de lo que, sin duda, mucha gente ya estará quejándose.
Para nuestra desgracia esto no sólo ocurre con los médicos de Atención Primaria, pues no están mejor las cosas en el caso de los especialistas.
Desde la Junta de Castilla y León nos venden que apenas hay listas de espera; y resulta que cuando tienes que recurrir a una consulta de cualquier especialidad, te das cuenta de que la realidad es bien distinta: en especialidades como Oftalmología la memora es de al menos un año, alagándose en ocasiones a los dieciocho meses. En el caso de que tengas que hacerte una simple ecografía, la espera se va a los cuatro meses… Y eso que tenemos un estupendo equipo nuevo de radiología y ecografía. Ahora bien, el técnico sólo viene una vez a la semana, con lo cual las solicitudes se acumulan. Sin duda, mala organización.
Mucho centro, mucha infraestructura y muy buen equipamiento, pero poca, muy poca, prestación de servicios. Así, en consultas como Medicina Interna, Traumatología, esperas y más esperas. Y si esto no te gusta, te apuntas a un seguro privado (de esos que tanto gustan en algunas comunidades autónomas) y así se te hará mas corta la espera.
Sin comentarios. Esto de la sanidad es lo más curioso que he visto nunca: cuantas más listas de espera hay, más dicen los políticos que menos listas hay... ¡Qué pena!
ResponderEliminarDe todas formas, no es de recibo que para una simple consulta de medicina general haya que esperar varios días y eso nos pasa a casi todos.
saludos.
Entiendo perfectamente lo que esplicas en tu comentario, pero se ve que esto es un problema a nivel nacional, ya que en Ibi (Alicante), ocurre lo mismo, pero bien, como estamos en crisis cuantos menos seamos mejor, osea que si alguien se muere en la espera a más tocamos, digo yo que algo así deben de pensar por que entoces yo tampoco entiendo nada, será mejor que consuman el dinero público en emplear más facultativos que en tanta infraestructura, que queda muy bonito en lo que a imagen de un país o ciudad se refiere, pero no da salud a sus pacientes. Un saludito
ResponderEliminarEs una verdadera verguenza. las listas de espera cada ve son más grandes y como no hagan algo pronto va a llegar un dia en que para ir a cualquier especialista tendremos que esperar dos años.
ResponderEliminarPero la culpa de todo esto en el fondo la tenemos nosotros que no nosplantamos un dia sí y otro tmbién a protestar delante de la puerta del ambulatorio o donde haya que ir.