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Papeleras. Papeleras sin base, rotas, oxidadas, algunas sólo conservan el mástil… Tenemos una amplia muestra en nuestra ciudad. Son pequeños detalles que dan una imagen de abandono como ya he dicho en múltiples ocasiones y que convendría controlar: contenedores y espacios en los que la basura abunda, a pesar de que actualmente los servicios de limpieza trabajan incluso por las tardes (casi a oscuras, por cierto).
A veces pienso que, si la gente arroja envases o envoltorios al suelo, a parte de por incivismo es porque no encuentren una papelera a mano. Es verdad que ha aumentado el número de éstas y que en algunos sitios incluso proliferan. También es verdad que éstas sufren el ataque de los vándalos que se dedican a prenderles fuego, a vaciarlas o a tomarlas por un saco de king boxing, abollándolas con sus patadas. Es bastante triste que en una ciudad como ésta, en la que estos pequeños detalles deberían estar cuidados, no nos esmeremos un poquito más.
Además de las papeleras me gustaría remarcar el estado de los contenedores, tanto los soterrados como externos, que a mi entender adolecen de un servicio de lavado. La limpieza e higiene son deplorables: hay días durante el verano (incluso en invierno) en que pasar cerca de ellos te provoca verdaderas náuseas.
Estoy acostumbrada a viajar con frecuencia y es corriente observar que, del mismo modo que la recogida es diaria, un camión de limpieza suele pasar después lavando uno a uno los contenedores vaciados para evitar no sólo el mal olor sino también el acercamiento y proliferación de bichos. Como aquí contamos con menos medios, no hacemos limpieza más que (en el mejor de los casos) una vez al año, y los resultados están ahí. No se pide una limpieza diaria pero sí que aumente la frecuencia de ésta.
Los pobres turistas que pasan por las inmediaciones del Instituto Viejo o del Convictorio (por poner dos ejemplos) percibirán los efluvios que emanan de los contendores; algunos días son del todo insoportables. Si ahora es así, imaginaos en agosto…
Señores concejales: si no piensan en los sufridos conciudadanos, acuérdense al menos de los de fuera, y obliguen a la empresa a que aseen los contenedores de cuando en cuando. Si no ¿de qué va servir tanta promoción?