
Por fin acaba el año 2009, que no pasará a la historia por ser uno de los mejores de este nuevo siglo. Intentemos olvidarnos de la omnipresente crisis, ansiando que ésta acabe o que al menos se suavice, y que los presagios de la remontada en 2010 sean efectivos. ¿Y qué mejor para acabar el año que la esperanza? Por eso permitidme que finalice esta última entrada de 2009 con una noticia gozosa, esperanzadora, rompiendo mi habitual tónica de crítica: ¡por fin llegaron las anheladas lluvias! Lluvias que durante este año nos han estado evitando, y que hoy, al fin, riegan nuestras tierras y nuestras calles. Precipitaciones suspiradas por todos y que llevábamos tiempo esperando, mirando al cielo y viendo cómo pasaban las nubes, aunque el cielo, por alguna extraña razón, no quería mojarnos. No había sitio de reunión en el que no se hablase de lo mismo, ya era un tema recurrente: 'en la comarca no llueve… ni siquiera en Navasfrías…' Localidad ésta que, con uno de los índices pluviométricos más altos de España, abastecía a nuestro pantano, que últimamente se estaba secando a pasos agigantados.
En el mes de octubre publiqué una entrada en la que, bajo el título de “Cinco hectómetros cúbicos… y bajando”, os mostraba unas imágenes del Águeda a su paso por el Risco de Martiago. En esas imágenes veíamos apenas unos charcos: el río estaba literalmente cortado. Los mirobrigenses y los habitantes de la Comarca mirábamos al cielo y contábamos las reservas. Pero pasaba el tiempo, las reservas disminuían y nos quedamos con escasos tres hectómetros cúbicos… Ya dábamos por perdido el año, nos hacíamos cruces sobre qué iba a suceder. Pero finalmente… las lluvias han vuelto a inundar su cauce. Es lo que tienen el río Águeda, que es muy agradecido. Hoy os muestro con satisfacción el cambio que ha dado el río, que ahora discurre lleno por su cauce. Y se espera que éste siga aumentando, pues, por todas partes, las torrenteras discurren con fuerza alimentando nuestras reservas como podéis observar en las fotos.
A día de hoy, según datos de la Confederación Hidrográfica del Duero, tenemos 16 hectómetros cúbicos, que es el 66,67% de su capacidad máxima (el embalse tiene una capacidad de llenado de 24 hectómetros cúbicos, aunque en los últimos años no se ha dejado que se llene al completo en aras de la seguridad de la presa, dada la antigüedad de ésta). 16 hectómetros que nos dan la tranquilidad de que el suministro está garantizado y que nos devuelven la imagen pletórica del río, saltando, al fin, por encima de La Pesquera y moviendo las estancadas aguas, renovando la vida con su fluir. ¡Qué mejor manera de acabar el año que limpiando con las lluvias todos los sinsabores pasados!
























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