FERNANDO ARRABAL

Hace algún tiempo, concretamente el día 20 de octubre de año en curso, publiqué una entrada titulada ¡Se hace camino al andar! en la que relataba la penosa situación en que se encuentra el paseo enladrillado que discurre entre el Postigo de San Pelayo y la Puerta del Sol. Tramo sin nombre aún y al que yo llamaría “De la Amargura”, dada su caótica situación. Hoy, casi dos meses después, quiero referirme a su hermano gemelo, el enladrillado comprendido entre la Puerta del Sol y el Registro, hoy denominado Paseo Fernando Arrabal en honor al dramaturgo que lleva el nombre de Ciudad Rodrigo por todo mundo, y que estoy segura de que si él hubiera tenido ocasión de verlo en su estado actual solicitaría al Ayuntamiento que le quitase su nombre.
Nuevamente el pavimento construido en su día en ladrillo no ha resistido el mínimo paso del tiempo, rompiéndose, agrietándose, desmigajándose y convirtiéndose su tránsito en un penar, en un zig-zag en busca de los escasos espacios en los que el pie no vaya hiriéndose.
A la desastrosa situación del pavimento hay que unirle el deterioro del mobiliario (papeleras sin recipiente que nos muestran los soportes desnudos, oxidados los hierros de la decoración, y con la catapulta –que debería lucir los jardines– rota, con la madera podrida sin duda por falta de cuidados… en fin: un desastre).
Permitidme además relataros que durante todo el pasado año este tramo ha estado cubierto de cristales (prerrogativa de estar ubicada allí la carpa durante el Carnaval) hasta prácticamente pasado el verano. Cristales que han ido desapareciendo poco a poco, no porque los hayan recogido, sino porque la gente los ha ido triturando con su ir y venir. Esperemos que este año no se repita esto y se recojan nada más pasar las fiestas.
También quisiera resaltar que hay un tramo de este paseo, con caída al foso en el que no estaría de más un trozo de seto para evitar el posible accidente de un niño, justo al lado de la pista de patinaje (véase el detalle en la última foto adjunta). Ojalá pudieran subsanarse estas pequeñas cosas que afean este Paseo, uno de los más transitados por propios y extraños. Paseo que, con los arreglos que demanda, luciría como una de las zonas más bonitas de nuestra ciudad.