Estos días en los que la primavera nos enseña intermitentemente su cara, regalándonos días luminosos y cálidos aunque también sombríos y lluviosos, he salido a pasear; a darme una vuelta por la ciudad y por sus arrabales. He visitado la zona de la Peña del Sastre, hace no muchos años campo de acceso al Águeda y hoy zona residencial. En lo que antaño fueron las huertas con el atajo de acceso al río, se construyeron hace ya un par de años unos pequeños jardines, con bancos de hierro forjado, farolas, papeleras… y se adecentó el estrecho y antiguo sendero.
Hoy he podido ver que en la obra no hace tanto finalizada ya han aparecido las primeras señales de vandalismo. Vandalismo que tanto denuncio y que últimamente asoma más que nunca su faz en Miróbriga. Probablemente por la escasez de vigilancia y por la impunidad de la que disfrutan esos que no tienen otro afán en su vida que fastidiarle la vida a los demás; esos insolidarios que sólo gozan desolando los espacios públicos y que sólo encuentran como forma de expresión la destrucción.
Algunos de los bancos, a pesar de ser de hierro, han sido doblados o partidos, quedando totalmente destrozado en algún caso. Nuevamente me pregunto qué beneficio puede alguien obtener de semejante acción. ¿Qué consigue? ¿No es sino el placer de romper por romper, de destrozar por destrozar? ¿Por qué siguen ahí esos bancos, en ese estado tan lamentable y no exento de peligro para los más pequeños, cuando ya llevan así varios meses, según comentan los vecinos?
A algunas papeleras, de las que hay quizás excesivas en esta zona (cuando escasean en otras partes de la ciudad) les queda solamente el mástil de apoyo. Los jardines aparecen descuidados y sucios. Esto último no sólo sería culpa de los vándalos: la falta de atención de los jardines, como hemos denunciado en otras ocasiones, sería responsabilidad de sus cuidadores.
No hace tanto me refería al estado de abandono del “Parque de los Toriles”. Lo denomino así porque desconocer si tiene algún nombre específico. Pues bien: esta otra zona urbanizada, que prácticamente empieza en los mencionados toriles, presenta un estado similar.
Me gustaría, una vez más, que la Brecha sirviese de altavoz para que llegasen a nuestros gobernantes las quejas o las propuestas de los vecinos por el estado de esta zona.
Puede tratarse de una falta de Mantenimiento, correctivo o preventivo. Pero, cierto, otros destrozos ocasionados por cobardes energúmenos son cifra concreta, de lo poco que vale tanto cambio de Plan Educacional por el Ministerio del ramo.
ResponderEliminarO que sobran cargos electos, no perfectos; aunque si le digo la verdad, luego hay pullas, mojigangas, trueques, pactos, u lo que sea, con tal de alcanzar un escaño munícipe, o diputacional, o en el Senado, o en el Congreso de los "disputados". Hay que ver lo rebién que lucen luego, en inauguraciones, ágapes, y demás representaciones iluminadas por el pueblo, tal como si todos fuéramos papanatas y mentecatos.
Paz+ciencia, hermana. Dios proveerá.
Jacinto.
Hemos estado esta Semana Santa en Ciudad Rodrigo y me ha entristecido profundamente comprobar como la jardinería de vuestra bonita ciudad sigue tan descuidada y lamentable como la recuerdo hace 20 años.Que pena,sobre todo al lado de un páis como Portugal que quizás sea más pobre pero donde el cuidado urbano esinfinitamente más europeo que el de nuestra bárbara Castilla
ResponderEliminarA los vándalos había que ponerlos a forjar hierro a la antigua usanza y a limpiar paredes con estropajo, a ver si así aprendían, sin ningún tipo de remuneración, por supuesto. Al Ayuntamiento pues más de lo mismo, si hubiera que calificar acciones, en mantenimiento tendriais 0 patatero. Y a Temis, felicidades por el duro trabajo que estás desarrollando y mucho ánimo, se nota que amas Miróbriga.
ResponderEliminarUn saludo